España es uno de los países del mundo en los que el arraigo a nuestra familia es mayor, por eso no es de extrañar que muchos de nosotros acabemos recalando en nuestros pueblos o heredando y cuidando las casas rurales de nuestros mayores y es que en una sociedad en la que cada vez vivimos más en las ciudades, la realidad es que la calidad de vida es mayor en el rural. Como os decimos, nuestros mayores vivían habitualmente en pequeñas poblaciones en las que todo el mundo se conocía y en las que cuando el mundo no era tan complicado, lo cierto es que en nuestras aldeas teníamos todo aquello que necesitábamos. Hoy en día, como os decimos el mundo se ha complicado demasiado y cada vez somos más los ciudadanos que vivimos en grandes ciudades para poder ir a trabajar a nuestras empresas. Esto se debe a que estos grandes núcleos de población cuentan con todos los servicios que necesitamos en la actualidad, así como nos permiten que en un mismo punto encontremos todo aquello que precisemos, sin embargo, la realidad es que el rural, por mucho que le pese a la gente, sigue teniendo su encanto y reclamando su sitio.