Cuando tenemos un perro en casa como animal de compañía, independientemente de su raza o tamaño, disfrutamos de su presencia y de los enormes beneficios que, a todos los niveles tanto psicológico como fisiológico, nos aporta a la familia. A mis hijos les encanta jugar y salir a pasear con él, pero claro como es de un tamaño medio les acabo de regalar, para que lo puedan sujetar bien, una correa preciosa, muy resistente, alegre y colorida, al mismo tiempo que cómoda y ligera, está realizada en nylon de Cuerdas Valero, una empresa de Albacete especialista en cordelería, dedicada, desde sus inicios, a la elaboración, envasado y etiquetado de todo tipo de material de cordelería, siempre elaboradas con las mejores materias primas y la tecnología más moderna para ofrecer a sus clientes la mejor calidad.
Nuestra mascota ya lleva unos años conviviendo con nosotros y a los animales al igual que nos pasa a los humanos al llegar a una determinada edad, lo que podríamos considerar como la tercera edad, en el organismo se van produciendo unos determinados cambios fisiológicos que en algunas ocasiones podemos confundir y no saber distinguir muy bien si están relacionados con el envejecimiento o si son consecuencia de alguna enfermedad.
Los signos más frecuentes asociados al envejecimiento de una mascota pueden ser:
- Pérdida de olfato. Puede afectar a su reacción ante la comida, pues pierden la estimulación por el olor que desprende la comida.
- Pérdida de la agudeza auditiva. Si acostumbramos a nuestras mascotas desde jóvenes a darle además de órdenes verbales, señales visuales lograremos mantener una comunicación con ellas durante más tiempo.
- Disminución de la agudeza visual. Puede estar causada por la aparición de cataratas. Para ello es importante evitar cambiar el mobiliario u objetos de la casa de sitio, pues con así nuestra mascota se mantendrá en un entorno que le resulta conocido.
- La masa corporal sufre una disminución de la musculatura y un acúmulo de tejido graso importante, si no se realiza el suficiente ejercicio o la alimentación no es la adecuada.
- Articulaciones. Las alteraciones en las articulaciones, como inflamaciones, artritis, hernia discal, atrofias musculares, debido a su deterioro pueden provocar dolor, falta de movilidad y cojera.
- La piel y el pelo, también son susceptibles a estos cambios fisiológicos. Pueden presentar una caída excesiva de pelo, aparición de las primeras canas, engrosamiento de las almohadillas de las patas, costras, úlceras, etc.
- Si los cambios que apreciamos se deben sobre todo a su comportamiento, puede que este comenzando a sufrir lo que se denomina el síndrome de disfunción cognitiva, una enfermedad neurodegenerativa similar a lo que en los humanos sería una senilidad o una demencia, detectable porque presenta los siguientes signos clínicos: Desorientación y marcha errante, variaciones en los lugares de micción y de defecación, respuesta alterada a estímulo, aumento de miedo, aumento de la irritabilidad, ansiedad, cambios importantes en las horas de sueño así como en la actividad, pérdida de habilidades para el aprendizaje, etc.
A la vista de alguno de estos signos, deberá seguirse una atención, observación y seguimiento por parte del propietario, que será el que puede aportar toda la información que el veterinario necesita para determinar si lo que le ocurre a nuestra mascota está relacionado con su envejecimiento o si forma parte del proceso de una determinada enfermedad.
¿Qué debemos de tener en cuenta a la hora de medicarlos?
Algunos de los consejos a tener en cuenta a la hora de suministrar medicación a nuestro animal de compañía son:
- El tipo de medicamento, la dosis que debemos suministrar y la frecuencia o horarios de la misma, y durante cuánto tiempo, así como la vía de su administración que puede ser oral, tópica o subcutánea.
- Si el medicamento hay que administrárselo con o sin comida, en el caso de medicamentos orales y si se puede dividir o si hay que suministrárselo entero.
- Cuál es el modo de conservar el medicamento, si hay que mantenerlo en el frigorífico o a temperatura ambiente.
- Preguntar al veterinario en qué se tiene que fijar para detectar si el animal, en algún momento está sufriendo una reacción adversa al medicamento e informarle si nuestra mascota está tomando alguna otra medicación distinta por si puede sufrir una reacción adversa asociada a ese medicamento.