Gran parte de la sociedad lo desconoce o simplemente no se ha parado nunca a pensarlo, pero la mayor parte de las pinturas y barnices que utilizamos en el hogar contienen compuestos orgánicos volátiles, metales pesados y formaldehídos. Hablamos de sustancias que pueden afectar a la salud y que, al fin y al cabo, podemos respirarlas en cualquier momento. Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, hay más de un millar de compuestos que pueden contener elevada toxicidad.
Las pinturas plásticas que utilizamos normalmente para cambiar la decoración de nuestros hogares contienen, casi siempre, al menos uno o dos de estos compuestos y la población, desconocedora de este dato, pinta la vivienda sin mascarillas ni ningún tipo de protección. Eso sin contar que a temperatura ambiente, una vez seca la pintura, también se pueden desprender partículas de estos compuestos que pueden llegar a ser respiradas por los habitantes de la vivienda con cierta facilidad.
Estos tóxicos pueden causar reacciones alérgicas, lesiones neurológicas, irritabilidad o incluso falta de memoria. Por eso es tan importante leer los componentes de las pinturas antes de aplicarlas.
Pinturas naturales, ecológicas e inocuas
Sin embargo, eso no significa que no podamos volver a pintar nuestra vivienda con los colores de temporada, porque existen pinturas que no poseen este tipo de sustancias, protegen el medio ambiente y favorecen la transpiración de la pared. Se trata de pinturas compuestas por aceites vegetales, óxidos metales y derivados de origen mineral o vegetal, por lo que son biodegradables y no sueltan partículas dañinas para nuestra salud bajo ningún nivel de temperatura. Las podemos encontrar en grandes superficies como Leroy Merlin o Brico Depot, y a través de la red en Multipinturas.
Con los barnices de los muebles ocurre algo similar, pero siempre podemos informarnos previamente de la composición de los mismos en las tiendas donde adquiramos el mobiliario. En DC Decoración pueden asesoraros al respecto.
Bioconstrucción Ultravioleta
Actualmente ya hay cooperativas en España que promueven la construcción de “casas sanas desde los cimientos”. La más conocida hasta ahora es Bioconstrucción Ultravioleta, en Gijón, que ha empezado a comercializar materiales y pinturas ecológicas siguiendo los principios de la economía solidaria.
En su tienda podemos encontrar desde aislantes de corcho, cáñamo y fibras de madera hasta pinturas naturales sin componentes sintéticos derivados del petróleo. Así pues, todos los materiales que comercializan son ecológicos, libres de químicos y tóxicos, que pretenden implantar en la bioconstrucción para crear viviendas y otros espacios saludables.
Si un mayor número de empresas constructoras trabajaran siguiendo la filosofía de la no contaminación y utilizaran materiales como los que Bioconstrucción Ultravioleta fabrica y comercializa, tendríamos casas muchos más eficientes y ciudades mucho más ecológicas y sanas que ahora.
Obviamente esto no atajaría de golpe del problema de la contaminación que de unos días a esta parte está atacando las grandes ciudades de nuestro país, pero sería un buen principio para eso y un gran avance para nuestros pulmones.
Del mismo modo cada vez están teniendo más aceptación los muebles de cartón. Su principal ventaja es que son totalmente biodegradables y reciclables pero hay quien opina que en realidad no son tan ecológicos como pensamos.
Aquellos muebles fabricados con cartón reciclado son prácticamente perfectos pero muchas compañías, para abaratar costes y hacer muebles más estéticos, utilizan cartón nuevo o pasta de madera por lo que están utilizando una materia prima que, aunque no sea contaminante en sí misma, está obligando a talar árboles para su obtención.
Así que podemos decir que los muebles de cartón son y no son ecológicos, todo depende de quién los fabrique y cómo lo haga.