El camino perruno

Los amantes de los perros no conciben su vida sin su compañero peludo. Para una inmensa mayoría, cada vez más numerosa, emprender cualquier tipo de aventura con su perro al lado es la mejor manera de afrontar la vida. No en vano, el perro es el mejor amigo del hombre. Mención bien merecida pues se trata de unos seres increíbles, amigables, afectuosos, nobles y fieles. Con tu peludo, puedes contar siempre. Incluso para emprender un viaje como el Camino de Santiago. Aunque pueda parecer una locura, lo cierto es que el Camino, es una experiencia totalmente adecuada para hacer en compañía perruna.

Naturaleza, largos paseos, aventuras… para un perro es todo lo que se puede desear. Habrá quien se pregunte si es posible la hazaña o como puede hacerse el Camino sin dejar a tu perro atrás. En este artículo, vamos a tratar de despejar esas dudas para que todo aquel que sienta inquietud por peregrinar a Santiago acompañado de su fiel amigo, se decida y empiece a acumular Compostelas.

Partimos de la base de que la idea de hacer el Camino ya esta en mente. Sea con amigos, familia o en soledad (relativa pues el camino está lleno de peregrinos), no puedes renunciar a la compañía de tu peludo. Lo primero que tienes que tener claro es que, para tu perrete, peregrinar a Santiago es una vivencia cien por cien saludable y adecuada en todos los sentidos posibles. A nivel físico mantendrá un alto nivel de actividad y emocionalmente, la aventura le proporcionará todo lo necesario para su equilibrio: paisajes únicos que investigar guiado por su trufa, socialización con sus congéneres peludos y otros humanos, naturaleza, hará un ejercicio excelente, correrá, jugará y sentirá cosas increíbles, al mismo tiempo que su humano. Algo que a fin de cuentas es lo más importante para el: vivir la experiencia junto a su humano. Hacer el Camino es una de las mejores experiencias que podemos experimentar y, si es con nuestro peludo, todavía mejor.

Elegir camino y planificar el viaje

El Camino de Santiago es una experiencia que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en su vida. La simbología que esconde cada una de sus rutas, la magia y el esfuerzo que puede suponer, según la ruta elegida, es algo que se ve compensado una vez, llegas a la ciudad de Santiago y te dejas envolver por la magia que desprende. El Camino, consiste en realizar una serie de rutas de peregrinación, por etapas, de origen medieval, con la finalidad de llegar hasta a la tumba de Santiago el Mayor, uno de los apóstoles de Jesús.

A lo largo de todas las etapas del Camino, los peregrinos viven una experiencia de gran intensidad, sea que hacen el Camino por fe o, simplemente como experiencia vital, todos los que lo culminan, sienten esa emoción inexplicable por llegar hasta Santiago. Durante el viaje de peregrinación, disfrutan de la hospitalidad de los aldeanos, el arte de cada localidad visitada, la cultura… y la compañía peluda. Se trata de una experiencia absolutamente enriquecedora para el peregrino y su perregrino compañero. Algo que, sin duda, debe hacerse en equipo, con independencia de que el viaje se haga en grupo, con amigos o familia. Kilómetros y kilómetros de viaje en la mejor de las compañías, llenos de emociones compartidas con tu fiel amigo.

Existen diversos mapas que muestran los diferentes Caminos a Santiago, las etapas y toda la información necesaria. En primer lugar, hay que saber que existe un Camino Principal, pero también, existen caminos que surgen desde diversos puntos de España para unirse al principal. Veamos uno a uno, los posibles caminos que se pueden tomar, para hacer el Camino con tu peludo.

El Camino principal de Santiago, lo componen el Camino Francés y el Aragonés. Ambos, recorren el norte de España, pasando por Logroño, Burgos, León, Ponferrada (este suele ser el punto de inicio de muchos peregrinos que tienen el tiempo limitado), etc.

En el mismo norte, encontramos los caminos del Norte que son los que salen de las diferentes ciudades del Norte de España y se van uniendo al Camino Principal. Entre otros, encontramos el Camino Vasco, la Vía de Bayona o el Camino viejo.

Desde el centro de la península, podemos seguir diferentes rutas, todas ellas, se inician desde el centro del país, concretamente desde zonas de Madrid o Toledo. Algunas de estas rutas son la Vía de la Plata (que empieza en el sur), la Ruta de la Lana o el Camino Manchego.

Los que viajan desde el este, partiendo de Cataluña, la Comunidad Valencia o Murcia, se unen al Camino Principal a través del Camino Catalán, el Camino Jacobeo del Ebro, el Camino de Levante o el Camino Bajo Aragonés.

Para iniciar la andadura desde Andalucía, se toman los llamados Caminos Mozárabes que cambian en función de la provincia o la citada Vía de la Plata que cruza el país.

No solo los españoles peregrinan a Santiago, Franceses y Portugueses, siguen sus propias rutas hasta llegar al Camino Principal. Así como encontramos las múltiples rutas gallegas que, por ser las más cercanas no dejan de ser espectaculares.

En cualquier caso, se escoja la ruta que se escoja, hay que recordar que cada uno de los caminos, se divide por etapas. Cada etapa separa una ciudad clave en el camino, de otra. Se mide por kilómetros y puede adaptarse perfectamente a las necesidades personales de cada peregrino y su perregrino. Si tu can es mayor o no puede hacer etapas muy largas por la razón que sea, no hay problema, puedes iniciar el camino desde cualquier punto que te venga mejor y acortarlo en función de la capacidad perruna.

Donde descansar con tu perregrino

Hacer el Camino conlleva, como ya hemos dicho una planificación. Esta incluye el tema del alojamiento. Puesto que cada día vas a hacer noche en un lugar diferente tienes que saber de antemano en que lugares puedes pernoctar con tu peludo. La mayoría de los alojamientos, como el Pazo Cibrán, admiten mascotas, pero no todas lo hacen, por lo que mejor saber de antemano cuales van a dejarte pasar la noche con tu perrete.

Antes de salir, hay que saber las veces que se va a parar para comer, descansar y dormir. Los alojamientos pueden reservarse con antelación o hacerlo sobre la marcha, aunque lo mas recomendable es hacerlo durante la preparación para que tu peludo y tú, no tengáis imprevistos.

Algunas de las opciones disponibles, son los albergues que admiten perros. Son los lugares para pernoctar por excelencia, cálidos, acogedores y económicos. Además, en ellos confluyen muchos peregrinos de diferentes lugares, lo que enrice la experiencia.

Otra alternativa es la tienda de campaña. Práctico y adecuado para disfrutar al máximo de la naturaleza.

El Camino esta plagado de casas rurales que admiten perros. Esta es la opción mas adecuada cuando el viaje se hace en familia o con amigos que requieren unas comodidades y facilidades mayores que las que ofrece una tienda de campaña.

Los refugios para perros, ofrecen opciones de alojamiento a los peregrinos. Es una de las opciones más desconocidas pero que puede ser toda una experiencia añadida.

Obviamente, se pueden buscar hoteles donde alojarte con tu peludo, a todo lujo y confort. Aunque para muchos pueda parecer una opción muy cómoda en contradicción con lo que se supone que es hacer el camino, la verdad es que para descansar y no tener que preocuparse es la mejor opción.

A parte de estas, podemos optar por apartamentos por días, Bed and Breakfast, Pensiones, Hostales, etc.  Lo único que tienes que tener en cuenta es tus necesidades y las de tu peludo.

Algunas recomendaciones que conviene tener en cuenta son escoger bien la época del año en la que vas a realizar el viaje y el número de días de los que dispones para que tu peludo y tú, hagáis las etapas cómodamente.

Si hace mucho calor, no olvides la importancia de la hidratación, clave para ti y tu peludo. Si hace frio, no olvides un buen abrigo o chubasquero para tu peludo y si se deja, unas botas protectoras para sus almohadillas, evitaran quemaduras.

Presta atención a las características de la ruta elegida. Nuestros peludos son todo terreno, pero no están habituados a ciertos terrenos, por lo que hay que tener presente si vamos a pisar asfalto, piedras, arena, montaña o ríos.

Indispensable un chequeo por parte del veterinario antes de salir. Así te aseguras de que se encuentra en buenas condiciones, cuenta con sus vacunas al día y te dará algunas recomendaciones en caso de que sea necesario.

Tu mochila, tiene que llevar la cartilla de tu perregrino al día y sus enseres: comedero y bebedero, correa, bolsitas para sus excrementos, su comida y, en definitiva, todo lo necesario.

Ya lo tienes todo para lanzarte a la aventura. Solo queda acudir al punto de partida, perro al lado y, empezar a seguir la ruta marcada por las flechas amarillas que se encuentran en piedras o paredes a lo largo de todo y todos los caminos. No olvides coger tu Compostela y cuando llegues a Santiago seréis peregrinos con todas las letras.

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