La importancia de la ventilación para nuestras mascotas

Siempre he pensado que tener animales en casa es una de las mayores alegrías que uno puede tener, ahora bien, también tiene mucha responsabilidad, y os lo digo en primera persona. Por eso no me gusta esa gente que se compra un perro simplemente por darle gusto a su hijo en Navidad.

Soy de los que pienso que las mascotas no solo te acompañan, también te enseñan a mirar la vida con otros ojos. Pero con el tiempo fui entendiendo que no basta con quererlos. Hay que ofrecerles un ambiente sano, cómodo y seguro. Y, ahora es cuando os quiero dar mi gran consejo, la ventilación juega un papel mucho más importante de lo que parece.

Tengo dos perros y un gato. Los tres viven conmigo en un piso que tenía un gran problema, tenía más humedad que las famosas cuevas de Altamira.

En invierno, la humedad se acumulaba en las paredes, el aire se sentía pesado, y el olor a “cerrado” era algo con lo que había aprendido a convivir. En verano, el calor era sofocante y apenas había corriente de aire. Me preocupaba, sobre todo, por ellos. Yo puedo abrir una ventana y salir a dar un paseo, pero ellos pasan la mayor parte del tiempo dentro de casa.

Recuerdo un día de julio especialmente caluroso. Llegué del trabajo y encontré a mis perros jadeando más de lo habitual. El gato, que normalmente no se despega del sofá, buscaba refugio bajo la cama, en el suelo fresco. En ese momento me di cuenta de que no bastaba con ponerles agua limpia o una alfombra cómoda: el ambiente donde viven también forma parte de su salud. Fue ahí cuando empecé a pensar en serio en mejorar la ventilación de la casa.

Después de investigar un poco, descubrí que gran parte del problema estaba en las viejas ventanas de aluminio. No cerraban bien, dejaban pasar el aire frío en invierno y el calor en verano.

Además, al no tener un buen aislamiento, la condensación, que es uno de los principales problemas que puede tener una casa, formaba pequeñas gotitas en los cristales. De ahí terminaba generando humedad en las paredes. Y la humedad, como bien sabemos, no solo es incómoda, es que encima afecta a la salud de las personas. Mi hermana es alérgica a ella y no veas que problemas.

Tomé una decisión que llevaba tiempo dejando en el tiempo. Lo que hice fue cambiar todas las ventanas por unas de PVC con buen aislamiento y sistema de ventilación.  Ya os digo que fue una de las mejores decisiones que he tomado para mi casa y para mis amiguetes de cuatro patas.

Así fue el cambio

El cambio fue inmediato. Lo primero que noté fue el silencio. Que es algo que ya me habían dicho los profesionales de Ventanas de PVC Granada, que el PVC aísla el ruido de la calle de una forma impresionante.

Por eso, mis perros, que antes ladraban con cada coche o cada portazo del vecindario, se mostraban mucho más tranquilos. Pero lo más importante vino con el paso de los días: el aire dentro de casa se sentía más limpio, más ligero. Ya no había ese olor húmedo ni esa sensación de pesadez que tanto me incomodaba. Incluso el gato empezó a dormir en sitios donde antes nunca se quedaba, como cerca de la ventana del salón.

La ventilación, lo entendí después, no se trata solo de abrir las ventanas de vez en cuando. Se trata de permitir que el aire circule, que se renueve. Si ese aire no es limpio, su salud se resiente. Pueden tener alergias, problemas de piel o dificultades respiratorias.

Desde que cambié las ventanas, noté que mis perros tosen mucho menos, y el gato, que solía tener los ojos irritados, está mucho mejor. No sé si todos los cambios que vi son solo por eso, pero sin duda el ambiente se siente más sano. Y no solo lo noto yo; lo noto en ellos. Están más activos, más relajados, más felices.

Hoy valoro muchísimo la importancia de un hogar bien ventilado. No es solo una cuestión de confort, es una cuestión de bienestar. A veces damos por hecho cosas tan simples como el aire que respiramos, pero cuando convives con animales, entiendes que tu casa también es su mundo. Ellos no pueden abrir una ventana cuando sienten calor ni cerrar una cuando entra frío. Somos nosotros quienes debemos crear ese equilibrio por ellos.

Así que sí, todo cambió cuando cambié las ventanas. El aire, la luz, el silencio, la sensación de hogar. A veces los grandes cambios vienen de decisiones pequeñas, de esas que parecen técnicas o poco importantes. Pero cuando ves a tus animales descansar plácidamente, respirar tranquilos y moverse felices por la casa, entiendes que valió la pena.

 

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