Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada en año en los lagos, ríos y mares. Esta contaminación afecta al medio ambiente pero también a la calidad de vida de los seres humanos. La mayoría de los artículos de plástico se dividen en pedazos cada vez más pequeños, dando lugar a microplásticos. Estas partículas son tan pequeñas que terminan en nuestro organismo, ya que se han encontrado microplásticos en nuestros pulmones, hígados, bazos y riñones.
Varios estudios han comprobado que las personas ingerimos más de 50.000 partículas cada año. En la actualidad la población mundial compra un millón de botellas de plástico cada minuto. Desde 20minutos informan que «cada año se consumen 500.000 millones de bolsas de plástico en el mundo y solo en España utilizamos una media de 144 bolsas de plástico por persona, es decir, 6.800 millones al año, según la Fundación Aquae».
Los plásticos se emplean en los embalajes, en la ropa, en los productos de belleza, etc. Las colillas de cigarrillos son los desechos más comunes que se encuentran en el medio ambiente, después le siguen los envoltorios de comida, las botellas, las bolsas de supermercado y las pajitas. En el mar Mediterráneo se acumulan grandes volúmenes de desechos marinos y plásticos.
Según un nuevo informe de Naciones Unidas, la contaminación por plásticos podría reducirse en un 80% desde la fecha hasta 2040 si los países y las empresas apuestan por prácticas más sostenibles. En la actualidad muchas farmacias quieren un planeta más verde y buscan reducir el consumo de bolsas de plástico convencional, ya que este material está compuesto a base de elementos provenientes del petróleo, contamina el medio ambiente y no se biodegrada.
Son conscientes de que las bolsas con polietileno ensucian las playas, y este material es muy complicado de reciclar y deja residuos tóxicos. El plástico es un material contaminante que genera emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. El sector farmacéutico opta por las bolsas de plásticos biodegradables porque pueden descomponerse en nutrientes y biomasa, y no requieren de materiales derivados de fuentes de origen fósil como el petróleo.
Estas bolsas pueden descomponerse de forma rápida cuando entran en contacto con bacterias, hongos, protozoos y algas. Varios estudios han comprobado que el plástico biodegradable puede descomponerse en CO2, agua y masa celular, en un período corto de tiempo. Estas bolsas mejoran la imagen de marca y son totalmente personalizables porque pueden llevar el logo, la imagen e información de la farmacia. Con estos artículos podemos reducir el consumo de bolsas de plástico y son más respetuosos con el medio ambiente, pero deben ser depositados en el contenedor marrón para garantizar así su correcto tratamiento.
Para aportar más información nos hemos puesto en contacto con los profesionales de Bioplásticos Genil y estos expertos en la fabricación de bolsas biodegradables compostables para farmacias nos han contado más características de estas bolsas: están fabricadas con materias primas procedentes del almidón de maíz o de patata, pueden descomponerse de manera natural gracias a la acción de microorganismos, consumen menos agua y reducen la huella de carbono.
Están fabricadas con materiales orgánicos y cumplen con las normativas ambientales más estrictas. Es importante luchar contra la contaminación plástica porque las bolsas con polietileno dejan residuos tóxicos y la mayor parte de estas bolsas ni se reutilizan ni se reciclan. Varias toneladas de plástico llegan al mar cada año, ya que las bolsas se desintegra en trozos de plástico y terminan en los océanos.
Las bolsas biodegradables compostables son idóneas para aquellos que buscan un estilo de vida ecológico, porque con respecto a las de papel pueden salvar más árboles al año y consumen menos agua. Además, si optamos por estas bolsas podemos reducir la dependencia de recursos naturales no renovables y promover una mayor conciencia sobre la sostenibilidad.
Es fundamental apostar por alternativas más ecológicas y acudir a la compra con una bolsa biodegradable y aumentar el consumo en botellas de uso ilimitado, como las de acero. Debemos evitar comprar botellas de agua de plástico y usar un filtro para los grifos de la vivienda. Estas bolsas son flexibles y resistentes, y pueden ser utilizadas en los comercios pero también en el hogar.
En el mercado podemos encontrar una variedad de diseños, ya que son muy populares las bolsas de asas. En estas bolsas podemos guardar muchos productos y podemos llevarlas al supermercado. Además, se pueden personalizar con mensajes, dibujos, emoticones, estampados o frases. Cada vez son más las personas que eligen estas bolsas para ir de compras y cuidar el medio ambiente.
